lunes, 7 de noviembre de 2011

Domingo

Nunca tuvo grandes vistas desde su ventana. Esta no sería distinta, las persianas a medio bajar, las ropa tendida, un pequeño campanario al fondo, nada especial. La misma rutina idílica de mirar por la ventana, de ser el espectador de un mundo que no es el suyo, las calles de un barrio ajeno, la lluvia que no puede mojarlo.
Preguntándose si la Tristeza y la Alegría no serían esas dos niñas inquietas que juegan a la rayuela debajo de su balcón.

5 comentarios:

  1. Como tantos juegos, este también depende del Azar!

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  2. Siempre
    había esperado
    tener mucho más
    de lo que he alcanzado,
    es mi incapacidad,
    no sé ganar así,
    no puedo hablar de mí.

    Esta entrada me ha puesto los pelos de punta sosio!

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  3. Pero hay que jugar junto a Alegría y Tristeza en cada partida; tirar la tiza y mojarse con la lluvia...

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  4. yo apuesto todo por Alegría, siempre he tenido suerte en los juegos de azar :P

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