A veces es la Luna, otras veces son faros profanos los que delatan las siluetas de los que se pierden en el encuentro con la noche.
A veces es una gata en celo, otras veces los motores los que acuchillan un Tango, despertando al niño que corre asustado sin saber caminar, y cuando menos se da cuenta se encuentra perdido en la ciudad de ceniza y sal.
¿Quién le ayudará a salir esta vez; el Héroe, la Princesa o el degollado Minotauro ?
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