jueves, 22 de marzo de 2012

Jazzman

Como la lluvia fina que te acaricia la piel, así eran las melancólicas notas que desnudaban el pentagrama, y entre canción y canción pitaba un cigarro para dibujar en el aire con las entrañas de su asmático saxofón.
 La noche un acertijo, seducir a la luna y pasear de madrugada por una ciudad asustada y tímida, como la niña a punto de ser mujer, sus pasiones, el jazz su amante.
Cada noche éramos los mismos, en las mismas mesas y con las mismas tristezas escondidas bajo miradas cansadas y escuetos tragos para apagar la conciencia. Él comenzaba siempre a la misma hora, sería rutina o tal vez la hora de su huida, aguantaba hasta media noche su solitaria vida, entonces se convertía en el profeta de este club de derrotados.

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