domingo, 14 de diciembre de 2014

Relato insignificante V

Esta noche la soledad cala los huesos y la memoria se llena de fantasmas, de caras y cuerpos, de sombras que alguna vez fueron reales, aunque esto no tenga nada que ver, o sí, porque la soledad es individual pero la compartimos con todos y ahora todo es tan absurdo. Salir a la calle con la inercia de una sociedad suicida, de millones de personas que se consumen a sí mismo, del trabajo a casa y de casa al trabajo, con la fantasía de no pensar en el paso del tiempo, dejar que este se gaste solo, que se consuma y nos consuma, como debe ser, con el mínimo sufrimiento y con el máximo placer, esperando que salga el sol mañana y alguien anuncie que la batalla de nuestra vida finalmente se posterga un día más, y así sucesivamente, sin gloria ni dolor, sintiendo el aburrimiento como algo necesario. Oh Dios del siglo XXI, los templos se llenan para alabarte, todos compran su boleto diario, para ganar y dejar su absurda vida, y  te rezan cada noche antes de dormirse, sálvanos de este sufrimiento de humanos y cobardes, tenemos tanto que perder, no podemos arriesgarnos, si tuviéramos más, aún más asustados estaríamos de perderlo todo, por eso sálvanos, concédenos la gloria de ser ricos sin trabajar, tal vez entonces la vida tenga un sentido, y en mi esquela se lea fue rico, aunque todos sepan que fuiste un pusilánime más, un bastardo imitador de muecas, un libre pensador planificado, un artista del defecado, un carnívoro impoluto, un bípedo arrodillado, un aguafiestas de tu propia existencia, un músico del estornudo, un animal amaestrado, un consumidor de esperanzas, un héroe del recreo, un maestro del ridículo, el biógrafo de un aborto, el padre de un millón de suspiros, madre de un millón de horas muertas, el protagonista de una mentira, un existencialista de redes sociales, un exfilósofo, un moralista de diván, un provocador de bostezos, un guerrillero de barra de bar, un activista de la siesta, un ya veremos, un orgasmo sin querer, el sexo de látex, la dosificación de pasiones, una oferta de erotismo, un masturbador consuelo, la palabra ESTÚPIDO (en mayúsculas) al lado de la palabra poeta, un tierno anticuado, un pasado privatizado, una memoria de catálogo, un futuro olvidado, un presente utópico, un peor es nada, un boludo alegre, un viernes a las tres de la mañana escuchando los aplausos del reloj por tu oda a la soledad.

Y sigo sin escribir la palabra mierda, con lo bien que suena.

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