Esta noche la soledad cala los huesos
y la memoria se llena de fantasmas, de caras y cuerpos, de sombras que alguna
vez fueron reales, aunque esto no tenga nada que ver, o sí, porque la soledad es
individual pero la compartimos con todos y ahora todo es tan absurdo. Salir a
la calle con la inercia de una sociedad suicida, de millones de personas que se
consumen a sí mismo, del trabajo a casa y de casa al trabajo, con la fantasía de
no pensar en el paso del tiempo, dejar que este se gaste solo, que se consuma y
nos consuma, como debe ser, con el mínimo sufrimiento y con el máximo placer,
esperando que salga el sol mañana y alguien anuncie que la batalla de nuestra
vida finalmente se posterga un día más, y así sucesivamente, sin gloria ni
dolor, sintiendo el aburrimiento como algo necesario. Oh Dios del siglo XXI,
los templos se llenan para alabarte, todos compran su boleto diario, para ganar
y dejar su absurda vida, y te rezan cada noche antes de dormirse, sálvanos
de este sufrimiento de humanos y cobardes, tenemos tanto que perder, no podemos
arriesgarnos, si tuviéramos más, aún más asustados estaríamos de perderlo todo,
por eso sálvanos, concédenos la gloria de ser ricos sin trabajar, tal vez
entonces la vida tenga un sentido, y en mi esquela se lea fue rico, aunque todos sepan que fuiste un pusilánime más, un
bastardo imitador de muecas, un libre pensador planificado, un artista del
defecado, un carnívoro impoluto, un bípedo arrodillado, un aguafiestas de tu
propia existencia, un músico del estornudo, un animal amaestrado, un consumidor
de esperanzas, un héroe del recreo, un maestro del ridículo, el biógrafo de un aborto,
el padre de un millón de suspiros, madre de un millón de horas muertas, el
protagonista de una mentira, un existencialista de redes sociales, un exfilósofo,
un moralista de diván, un provocador de bostezos, un guerrillero de barra de bar, un activista de la siesta, un
ya veremos, un orgasmo sin querer, el sexo de látex, la dosificación de
pasiones, una oferta de erotismo, un masturbador consuelo, la palabra ESTÚPIDO (en
mayúsculas) al lado de la palabra poeta, un tierno anticuado, un pasado
privatizado, una memoria de catálogo, un futuro olvidado, un presente utópico,
un peor es nada, un boludo alegre, un
viernes a las tres de la mañana escuchando los aplausos del reloj por tu oda a
la soledad.
Y sigo sin escribir la palabra
mierda, con lo bien que suena.
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