domingo, 15 de febrero de 2015

Vivir un poco

Pondré música, dulce y suave, serviré el vino en las copas, entonces bailaremos, muy cerca, rozando nuestros cuerpos, sintiéndonos. Te besaré la mejilla y sonreirás, todo envuelto por las sombras de un temblor de las velas. Vivamos un poco, susurraré en tu oído, olvidemos todo y vivamos, te lo pediré como el último mi único deseo, con los ojos asustados del niño y el valor del hombre enamorado. Sí, responderá la voz de una niña, y abrazaré tu cuerpo de mujer, el mismo que he buscado durante toda mi vida. Comprenderemos juntos los secretos de este mundo, viajaremos a través de nuestros cuerpos por todos los caminos, soñaremos unidos por la misma imaginación, nuestra compartida ilusión, sentiremos los años, el cansancio y la angustia en nuestra piel protegida bajo las mismas sábanas. Te amaré compañera, te seguiré en la aventura que comenzamos incluso antes de conocernos, pero en la que siempre estuvimos, hasta la noche que dancemos por última vez, hasta el punto final de los días mundanos de nuestra esencia mágica. Entonces la existencia de esta pequeña suma de sonrisas, caricias y besos habrá triunfado, y la muerte quizás no sea el fin, ni el comienzo, ni nada, para nosotros ya no habrá límites, y todo aquello que los hombres inventaron para ahogarse será la arena de una playa donde bañarnos desnudos y eternos. Sólo quiero que vivamos un poco, sólo eso, Sofía.

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